El COI sí sabe de terrorismo

El COI sí sabe de terrorismo

El mundo olímpico ha estado hasta ahora callado ante los tremendos actos terroristas que ha sufrido Estados Unidos. Tampoco tenía que decir mucho, porque el deporte, ante ataques de esta envergadura, poco tiene que hacer y que decir. Debe de seguir adelante, que no es poco, y eso fue lo que hizo en 1972, cuando sufrió en sus propias carnes un ataque terrorista, durante la celebración de los Juegos de Múnich. Entonces, tras un día de luto, el Comité Olímpico Internacional (COI) decidió no suspender los Juegos. La normalidad es el mejor paraguas contra los actos terroristas. Todo un ejemplo para la UEFA.

En los Juegos Olímpicos de Atlanta 96 también hubo un atentado. Causó dos víctimas en el parque donde el público asistía por la noche a divertirse. No fue exactamente un acto terrorista contra los Juegos, pero sí se aprovechó su celebración para provocar el pánico. El movimiento olímpico quedaba así definitivamente amenazado. ¿Qué mejor escaparate para propagar los efectos de la barbarie? Y ahora que se ha comprobado hasta dónde puede llegar la locura, el COI dice que los Juegos van a necesitar mayor protección. No son momentos para analizar si los cazas tendrán que sobrevolar el estadio, pero algo de eso va a haber.

Y mientras, el alcalde de Roma invita a todas las ciudades que tienen la intención de organizar los Juegos de 2012 a retirar sus candidaturas en favor de la de Nueva York. No cabe duda de que es un gesto. Nueva York, efectivamente, quiere esos Juegos, pero también otras cinco ciudades estadounidenses más, por lo cual serán primero ellas las que tengan que renunciar a su favor, o ser el Comité Olímpico de Estados Unidos quien la designe, si es que quiere seguir adelante. En cualquier caso parece precipitada cualquier decisión ahora que Estados Unidos está poniendo en marcha el mayor ejército que se haya conocido en la Tierra.